jueves, 6 de octubre de 2011

El clima de Lima

El clima de Lima es especialmente raro para la latitud en que se encuentra la ciudad. Combina una ausencia de precipitaciones, con un altísimo nivel de humedad atmosférica y persistente cobertura nubosa. Así, sorprende por sus extrañas características a pesar de estar ubicada en una zona tropical a 12 grados latitud sur y casi al nivel del mar. La costa central peruana muestra una serie de microclimas atípicos debido a la influyente y fría corriente de Humboldt que se deriva de la Antártida, de la cercanía de la cordillera y de la ubicación tropical. Todo esto hace que la ciudad tenga un clima subtropical, desértico y húmedo a la vez. Se puede decir que tiene un clima templado, sin excesivo calor tropical ni fríos extremos. La temperatura promedio anual es de 18.5 a 19° centígrados. Los veranos, de diciembre a marzo, tienen temperaturas que oscilan entre los 29 y 21° centígrados. Los inviernos, de junio a septiembre, tienen temperaturas que oscilan entre los 19 y 12° centígrados. Los meses de primavera y otoño tienen temperaturas templadas que oscilan entre los 23 y 17° centígrados. Por otro lado la humedad relativa es sumamente alta (hasta 100%), produciendo neblina persistente de junio a diciembre, ya hasta la entrada del verano cuando las nubes son menores. Las lluvias torrenciales, como se conocen en los países que están en latitudes ecuatoriales o tropicales, son nulas en la ciudad.

Lima tiene sólo 1284 horas de sol al año: 28.6 en julio (invierno) y 179.1 horas en enero (verano) valores excepcionalmente bajos para su latitud. La combinación de fenómenos climáticos se presenta así. La corriente fría de Humboldt, que recorre la costa, enfría sensiblemente la temperatura del agua. Esta es mucho más fría que lo que correspondería a su latitud tropical donde se sitúa la ciudad. Así, las condiciones de frío a nivel del mar con una atmósfera superior más caliente por la acción solar genera una inversión térmica que impide el fenómeno de convección, por el cual el aire más cálido y menos denso asciende. Esto, unido a la cordillera andina circundante, hace que se presente una casi permanente capa de espesa nubosidad extremadamente baja a menos de 500 metros del suelo que impide el paso de la radiación solar directa. A su vez, el bloqueo por una capa de aire caliente superior evita la formación de nubes de desarrollo vertical cumulonimbos, lo que explica la ausencia de precipitaciones. Esta es la razón de la paradoja de tener un clima extremadamente nuboso y húmedo, y sin embargo, desértico. Las escasas precipitaciones (menos de 8 milímetros anual) conocida como garúa son consecuencia de la condensación de la nubosidad baja que forma el sistema.

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